Algunas enfermedades de los animales, debido a su elevado impacto económico o al elevado riesgo de provocar graves problemas en la Salud Pública, son objeto de medidas regulatorias, estableciéndose
programas oficiales de control,
vigilancia o
erradicación, así como controles previos a los movimientos de animales vivos y productos de origen animal. En el ámbito de la Unión Europea, hay una serie de enfermedades animales objeto de control oficial, pero además existen otras enfermedades de los animales, listadas por la
Organización mundial de sanidad animal (OMSA), para las que se pueden establecer medidas de control para el comercio con terceros países de animales vivos y productos de origen animal.