El Camino Natural del Matarraña-Algars atraviesa, durante sus más de 190 km de longitud, algunas de las comarcas más bonitas de nuestro país. Un territorio en el que disfrutar de variados paisajes que van desde los puertos de Beceite, en la zona más alta, hasta la llanura y los campos de cultivo en la zona baja, pasando por pequeños pueblos llenos de historia y rodeados de exuberante vegetación a la que se une una deliciosa gastronomía.
Para apreciar todos los valores que esconden las comarcas de Matarraña/Matarranya (Teruel), Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp (Zaragoza) y Terra Alta (Tarragona) basta con recorrer el Camino Natural del Matarraña-Algars. Una ruta larga, de más de 190 km, que acompaña estos ríos que vertebran el territorio y unen, de manera circular, un total de dieciocho municipios. Pero eso no es todo, ya que este itinerario conecta con el Camino Natural Vía Verde de Val de Zafán y Camino Natural del Ebro.
El carácter fluvial de este recorrido ofrece al usuario unos parajes de gran riqueza natural pero, además, atravesará en su caminar diversos puntos de interés turístico e histórico como el mausoleo romano de Fabara o el castillo de Almudeferes, que harán las delicias de los amantes de la historia y la naturaleza.
Por si esto fuese poco, 11 de sus 13 etapas discurren en su totalidad por firmes consistentes y amplios lo que permite .
Arrancamos este camino que nos adentrará en la historia de nuestro país, ya que, siguiendo el curso de los ríos Matarraña (o Matarranya) y Algars (o A lgás), haremos un recorrido por todas las edades del hombre. Por delante un sinfín de yacimientos prehistóricos, íberos, romanos o pueblos de aire medieval, y ya más cercano en el tiempo ejemplos del auge y la caída de la revolución industrial de la España del siglo XIX con las fábricas de papel abandonadas como principales vestigios.
Pero vayamos poco a poco. La importancia de los íberos en las comarcas atravesadas por este Camino Natural es especialmente patente. En las etapas 4, 5 y 6 el caminante podrá visitar algunos de los yacimientos íberos incluidos en el proyecto “Íberos del Bajo Aragón”. Algunos le dejarán sin palabras debido a su importancia y calidad de conservación. Es el caso de los yacimientos de Torre Cremada, el Tozal Montañés, el poblado de San Antonio y el del Tozal Redó o el de San Cristóbal.
En Mazaleón descubriremos los Escudines Altes y Baixes. La etapa 10 nos conducirá al Tozal Moro de Pinyeres, el Roquizal del Rullo (considerado el más importante yacimiento de la Edad del Hierro en Aragón) o la Punta de la Gessera.
Aunque sin duda, una de las joyas patrimoniales más singulares de este itinerario es el mausoleo romano de Lucio Emilio Lupo, en el municipio de Fabara, quizá el monumento de este tipo mejor conservado de la península.
Si te gusta la historia del ferrocarril, en las alternativas de las etapas 4 y 12 y en el ramal a Horta de Sant Joan, el itinerario se asoma en repetidas ocasiones a la trinchera excavada para el ferrocarril de Val de Zafán y conecta con el Camino Natural del mismo nombre. Este recorre las tierras de Teruel por la antigua plataforma del ferrocarril que unió Tortosa (Tarragona) con Puebla de Híjar (Teruel) y que dejó de funcionar en 1973. Visitaremos las antiguas estaciones de Valdeltormo, Arnés - Lledó u Horta de Sant Joan, donde pausar la caminata en las áreas de descanso preparadas para tal fin.
No será este el único recorrido al que podremos acceder desde el Camino Natural del Matarraña-Algars, ya que, desde la etapa 9, se puede enlazar con la , que recorre las tierras bañadas por este importante río peninsular desde su nacimiento en Fontibre (Cantabria) hasta su desembocadura en el delta, en la provincia de Tarragona. Una etapa que nos acerca a la historia más reciente y a una de las contiendas más importantes de nuestro país, la Guerra Civil, a través de una de sus batallas más épicas: la batalla del Ebro, que tiene, en el municipio de Fayón, un museo dedicado a ella.
También una de las etapas del Camino Jacobeo del Ebro, una de las alternativas del Camino de Santiago, cruza este Camino Natural hasta en dos ocasiones, en concreto la etapa 6, que une Caspe y Fabara.
No nos olvidemos del río Matarraña y de su importancia, ya que sus poderosas y carbonatadas aguas aseguraban la disponibilidad de energía hidráulica y aportaban consistencia al papel. Esto facilitó el auge de la industria papelera en la zona que fue el motor industrial de la localidad de Beceite hasta el XX. En los tiempos de mayor actividad llegaron a establecerse en el municipio hasta 9 industrias papeleras, pero la distancia con los grandes centros de consumo, el coste de una producción semiartesanal y la no reconversión del sector de mediados del siglo XX acabaron con esta actividad. Hoy en día, algunos de estos edificios se han restaurado para uso turístico y cultural.
Para aquellos que busquen la tranquilidad y la naturaleza también este es su camino. Recordemos que esta ruta va acompañada por el río Matarraña y su afluente el Algars. Ellos se convierten en hilo conductor de un sendero que nos regala una visión muy completa del entorno. Paisajes intervenidos por el ser humano que lleva habitando estas tierras miles de años, con pueblos, campos de cultivo y huertas, además de la abundante vegetación, como las sargas en las zonas anchas y fauna que habita cerca del río.
La orografía y los paisajes de este territorio son muy diversos. Montaña y terrazas fluviales, así como paisaje de cultivos y zonas de matorral mediterráneo cuando olivos y otros árboles frutales no se hacen con el terreno.
Llegando a la desembocadura del Matarraña, el río está más encajonado y su cauce nos regala la instantánea de las curiosas formas de las rocas de su lecho. Es el turno entonces del Algars, frontera natural entre Cataluña y Aragón y uno de los ríos catalanes de mayor interés debido a su inmejorable estado de conservación. Todo ello hace que en sus riveras se encuentre una gran diversidad faunística, que incluye poblaciones de pescados ibéricos y de nutria. Paisajísticamente contrasta fuertemente con las tierras del entorno, profundamente dedicadas a cultivos de secano, mientras el viajero puede deleitarse con las curiosas formaciones que el agua dibuja sobre las calizas y areniscas.
Merece la pena detenerse también en los pueblos por los que discurre el trayecto y buscar por sus calles ejemplos de su patrimonio cultural y arquitectónico, fiel reflejo de distintos momentos históricos.
Valderrobres, con su casco antiguo, declarado de interés histórico-artístico, formado por el Castillo-Palacio Episcopal, la iglesia de Santa María la Mayor (ambos de estilo gótico) o su Ayuntamiento renacentista. Otro pueblo cuyo conjunto urbano fue declarado de interés histórico-artístico es Calaceite. Merece la pena pasear en torno a su plaza Mayor, para disfrutar de la fachada manierista de su Ayuntamiento o de su preciosa lonja, así como de las capillas-portales de la Virgen del Pilar, San Antonio y la Virgen del Rosario.
Ya en Zaragoza, el Monasterio de Santa María de la Trapa de Santa Susana, hoy en ruinas, fue el centro religioso desde el siglo VI cuando lo fundaron los monjes benedictinos para cederlo posteriormente a la Orden de Calatrava en el siglo XIII.
En las etapas siguientes destacan la ermita de la Virgen de Dos Aguas, en Nonaspe, un templo del siglo XVII en un paraje privilegiado donde se unen las aguas del Matarraña y el Algars; el castillo de Almudéfar, perteneciente a los templarios de la encomienda de Horta de Sant Joan, con la iglesia de Santa Ana a sus pies; o el convento de San Salvador, también llamado Santuario de la Virgen de los Ángeles, muy cerca de Horta de Sant Joan. Pueblo, este último, en el que pasó largas temporadas Pablo Picasso en su juventud, durante las cuales realizó numerosas pinturas y dibujos, algunos de ellos expuestos actualmente en el Centro Picasso de la población.
En un recorrido tan extenso, es fundamental recobrar fuerzas y alimentarse bien. No hallarán problema alguno en ello senderistas y cicloturistas ya que el sector agroalimentario es la base de la economía de estas tierras. No podía ser de otra manera, debido a la gran riqueza de productos certificados y de calidad con los que cuenta. El jamón de Teruel es quizá su máximo exponente, pero no el único: el lechal, los aceites del Bajo Aragón, sus vinos y alimentos como los quesos, la trufa o los dulces artesanos. No podemos olvidarnos de los embutidos catalanes, con la butifarra al frente, y los productos de caza como la perdiz o el faisán. Aunque, como viene siendo habitual, también destacan los dulces, como las conocidas casquillas, pastas típicas de la zona o la torta con miel.
Sin duda este recorrido es una inmejorable opción para adentrarse en el mundo de los Caminos Naturales de España.
Historia, naturaleza y paisajes en compañía de los ríos Matarraña y Algars
El Camino Natural del Matarraña Algars es ideal para recorrer en bici
El carácter fluvial de este recorrido ofrece al usuario unos parajes de gran riqueza natural