El empleo de las ecosondas multihaz para la elaboración de batimetrías se
ha convertido en la más desarrollada y exacta tecnología actual. Dicho sistema, que permite cumplir
las normas estándar de la Organización Hidrográfica Internacional (OHI), proporciona un conocimiento
preciso y completo de la profundidad y morfología de los fondos marinos.
Su alta resolución (500 puntos por m2) permite una amplia cobertura tanto en las zonas someras o en
la plataforma continental, e incluso en cuencas con profundidad hasta 5.000 m.
Es una herramienta ideal para la exploración de fondos marinos, reconocimientos arqueológicos, etc.
Las ecosondas se basan en la medida del tiempo que tarda una onda acústica en recorrer la distancia entre el punto de partida y el fondo del mar donde se refleja, y su retorno al punto inicial. La emisión y recepción acústica se realiza generalmente a través de un transductor que convierte las variaciones mecánicas en pulsos eléctricos y viceversa; así la energía eléctrica se convierte en acústica, transformándose la onda acústica en señal eléctrica. Los transductores de la ecosonda multihaz están localizados en una barquilla situada en el casco del barco, y los haces se emiten orientados verticalmente hacia el fondo.
El sistema multihaz EM 300, instalado en el B/O Vizconde de Eza, proporciona una completa capacidad de barrido del fondo marino con una cobertura en la horizontal de hasta 5,5 veces la profundidad. Esta ecosonda permite emitir con aperturas de haz de hasta 150º. El sistema tiene una precisión de 0,5% en función de la profundidad y la apertura angular; y una resolución variable según de la profundidad.
Esta ecosonda dispone de 135 haces por banda y apertura de cada haz de 1º x 2º y permite una compensación electrónica en tiempo real de balanceo, cabeceo, altura de ola, etc. Actualmente, representa la tecnología más importante disponible para la cartografía oceánica con recubrimiento o 'insonificación' del cien por cien del fondo marino.