En este primer juego tenéis una serie de pares de sonidos, formado por las llamadas verdaderas que emiten algunos animales, grabadas en pleno campo, y una falsa imitación con la que tratamos de engañaros. Para probar vuestra agudeza auditiva debéis escuchar los dos sonidos correspondientes a cada animal. ¿Sabéis distinguir los verdaderos de los falsos?
Más difícil todavía: vosotros, los que os creéis muy listos, ¿podéis descubrir con qué objeto o elemento se ha hecho la imitación?
Autores: María Sintes y Carlos de Hita
Os hemos preparado un ambiente sonoro para que os sentéis relajadamente, cerréis los ojos y escuchéis. Tratad de imaginar el paisaje en el que transcurre esta acción sonora, qué personajes actúan, qué elementos se perciben. No perdáis detalle. Os dejamos escucharlo incluso una segunda vez. ¿Ya?
Ahora apagad el sonido y recordad cuántos sonidos diferentes han aparecido. Anotad, en caso de que los hayáis identificado, qué o quién los producía. Diferenciad entre los sonidos naturales y los emitidos por objetos o acciones del hombre.
Autores: María Sintes y Carlos de Hita
Este juego consiste en localizar al dichoso causante del ruidito misterioso. Las grabaciones son 12 y, con seguridad, vais a reconocer casi todas rápidamente. Los que no sepáis identificar los tenéis en la solución, pero antes ¡dadle a la imaginación!
Autores: María Sintes y Carlos de Hita
“Todo es según el color del cristal con que se mire”, dice un refrán. También se puede aplicar esto al mundo de los sonidos. De entre los infinitos sonidos que componen el paisaje sonoro, cada persona suele atender aquellos que le resultan más familiares, atractivos o comprensibles. De alguna manera, cada uno escucha el mundo con una oreja diferente, que puede estar más o menos educada para percibir mayor o menor riqueza sonora.
Jugando con esta idea, ¿puedes imaginar qué personaje está escuchando cada uno de los 6 ambientes que te proponemos? ¿qué oye cada uno?
Autores: María Sintes y Carlos de Hita
A modo de ejemplo de cómo se puede caracterizar una llamada con el fin de memorizarla con más facilidad, pero también por pasar el rato, os hemos preparado una pequeña selección de reclamos de bichos agrupados, según criterios científicos indiscutibles, en los siguientes bloques: Aflautados, Estridentes, Ásperos, Contundentes y, por último, De difícil calificación.
Podéis hacer lo mismo con otros sonidos y asignarles un adjetivo que os ayude a recordarlos.
Autores: María Sintes y Carlos de Hita
Proponemos una excursión sonora por el bosque a lo largo de una jornada. Diferentes cantos y reclamos de las especies forestales se van sucediendo, encadenados, unos tras otros, según sus horas de máxima actividad. La cosa es así:
Madrugada: antes de que despunte el día, las totovías se espabilan y cantan a coro con autillos y grillos. Mañana: a primera hora predominan los zorzales. Como es primavera, los corzos lanzan sus ladridos de celo. Mediodía: el calor sólo deja activas a las chicharras y los pitos reales. Atardecer: el petirrojo, que en realidad canta durante todo el día y casi durante todo el año, es el último habitante diurno del bosque en callarse. Su llamada se confunde con el matraqueo crepuscular del chotacabras pardo. Noche: las siguientes horas son para los grillos, sapos parteros, autillos, alcaravanes, codornices, cárabos, alacranes cebolleros y demás noctámbulos.
Autores: María Sintes y Carlos de Hita