El virus de la viruela ovina (VVO) y el virus de la viruela caprina (VVC) son agentes causales de la viruela ovina y caprina, y junto con el virus de la dermatitis nodular contagiosa, constituyen el género Capripoxvirus, que pertenece a la familia Poxviridae.
El cuadro clínico que produce en ganado ovino y caprino se caracteriza por la aparición de fiebre, nódulos y pápulas generalizadas, raramente vesículas, lesiones internas particularmente en pulmones y, finalmente, la muerte. Los signos clínicos y las lesiones observadas en el examen post-mortem varían considerablemente con la raza del hospedador y la cepa de capripoxvirus.
La morbilidad en zonas endémicas es del 70-90%, mientras que la mortalidad suele ser más baja, de aproximadamente del 5-10%, aunque se han descrito casos con porcentajes mayores. La transmisión del virus se produce frecuentemente por vía respiratoria, pero también puede penetrar en el organismo a través de otras mucosas y erosiones cutáneas. La transmisión también puede ser indirecta, por material contaminado y a través de vectores mecánicos.
Se han utilizado vacunas vivas e inactivadas para el control de los capripoxvirus.
No afecta a los humanos.