La influenza aviar, o también conocida como “gripe aviar”, es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae, género Influenzavirus A. Los virus de la influenza A tienen nucleoproteínas y proteínas de matriz relacionadas antigénicamente, pero se clasifican en subtipos en función de sus antígenos de hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N).
Existen varias cepas del virus de influenza aviar, las cuales pueden clasificarse, de forma general, en dos categorías según la gravedad de la enfermedad en las aves de corral:
- Influenza aviar de baja patogenicidad (IABP), que suele causar una enfermedad leve que, en muchas ocasiones, pasa desapercibida e, incluso, sin presentar sintomatología.
- Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP), provocando signos clínicos graves y altas tasas de mortalidad. Todas las cepas de virus de la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) de origen natural aisladas hasta la fecha han sido del subtipo H5 o H7.
La IAAP causa frecuentemente una enfermedad grave de carácter sistémico y muy contagiosa, con una elevada mortalidad en las explotaciones avícolas comerciales. Por esta razón, dicha enfermedad se encuentra incluida como enfermedad de notificación obligatoria inmediata (antes de 24 horas desde su detección) tanto a nivel internacional a través de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), como a nivel de la Unión Europea donde está incluida como enfermedad de categoría A.
Algunas cepas del virus de la influenza aviar han causado infecciones zoonóticas esporádicas principalmente de los subtipos H5, H7 y H9; y estos tres subtipos se han destacado como posibles riesgos pandémicos en caso de que se produzcan mutaciones adicionales que favorezcan la transmisión sostenida de persona a persona.