Las enfermedades víricas de los peces están causadas por una gran variedad de virus que afectan a todo tipo de especies, tanto las procedentes de acuicultura como las silvestres. Aunque no son las únicas enfermedades que afectan a los peces, en las piscifactorías pueden llegar a causar altas mortandades.
Dentro de las enfermedades víricas de los peces encontramos tanto aquellas que son de declaración obligatoria en la UE como otras que, aunque no los son, tienen un interés especial para la acuicultura en nuestro país. Ninguna de estas enfermedades víricas se considera zoonosis.
La Necrosis Hematopoyética Infecciosa (NHI), la Necrosis Hematopoyética Epizoótica (NHE), la Septicemia hemorrágica viral (SHV), la infección por el Virus de la Anemia Infecciosa del Salmón con supresión en la región altamente polimórfica (VAIS con supresión en la HPR) y la Enfermedad del Herpesvirus Koi (HVK) son de declaración obligatoria en la UE. Además, existen otras enfermedades que no son objeto de declaración oficial, como la infección por el virus de la Viremia Primaveral de la Carpa (VPC), la Encefalopatía retinopatía viral (ERV) o Necrosis nerviosa viral, la infección por el Alfavirus de Salmónidos (AVS), destacando el Alfavirus tipo 2, causante de la Enfermedad del Sueño, o la Necrosis Pancreática Infecciosa (NPI).
Dentro de las actividades de diagnóstico que se realizan en el laboratorio podemos diferenciar dos categorías: los programas de vigilancia y las sospechas clínicas (vigilancia pasiva). Además, para realizar el diagnóstico, en primer lugar, se debe tener en cuenta el patógeno a analizar en función de la especie afectada y, posteriormente, determinar la muestra de elección en función del patógeno.