Una vez completado el registro y la trazabilidad de las muestras, se lleva a cabo un examen inicial de las muestras recibidas (abejas, panal de cría, parásitos, etc…) consistente en una observación macroscópica y valoración de la presencia de signos clínicos. Tras esta evaluación inicial, en función del análisis requerido y el tipo de muestra recibido, se procesarán las muestras y se llevará a cabo el correspondiente análisis: parasitológico, bacteriológico o virológico, según proceda. En muchos casos, la confirmación e identificación se realiza mediante técnicas moleculares.
El diagnóstico parasitológico difiere en función del agente objeto de diagnóstico y el tipo de muestra recibida, por ejemplo, en el caso de Nosema spp. se realiza la detección y cuantificación de esporas mediante microscopía óptica (nº esporos/abeja) y la diferenciación molecular entre especies de Nosema apis y Nosema ceranae mediante PCR convencional.
El diagnóstico de Varroa se realizará mediante la identificación morfológica mediante microscopía y recuento de los parásitos obtenidos tras realizar la técnica de lavado y filtrado por un sistema de tamices. Esta técnica servirá también para hacer una búsqueda activa de los parásitos artrópodos exóticos Aethina tumida y Tropilaelaps spp., de forma que, en el caso de detectarse organismos compatibles con A. tumida (adultos, larvas o huevos), la identificación se completará a nivel molecular mediante PCR en tiempo real.
Si los signos clínicos observados previamente en la colmena y/o en las muestras recibidas son compatibles con enfermedades víricas, como CBPV, ABPV y DWV, el diagnóstico se confirmará mediante PCR.
En las muestras con sospechosa de loque americana y/o europea en las que se obtengan resultados positivos en los cultivos bacterianos se realizará el diagnóstico molecular mediante PCR convencional para confirmar la identificación del agente causal.
En caso de haber sospecha de intoxicación por pesticidas, se enviarán las muestras al LAA.