En el año 2012 la Comisión Europea aprobó la Estrategia europea de bioeconomía dirigida a orientar la economía europea hacia un uso mayor y más sostenible de los recursos renovables. La estrategia identificaba 5 objetivos a los que debía contribuir: (1) garantizar la seguridad alimentaria, (2) gestionar los recursos naturales de manera sostenible, (3) reducir la dependencia de los recursos no renovables, (4) mitigar y adaptarse al cambio climático, y (5) crear empleos y mantener la competitividad de la UE. Estos 5 objetivos se abordaron a través del Plan de acción que se centró en 3 áreas de acción con un total de 12 acciones, subdivididas en 54 subacciones.
El 11 de octubre de 2018 la Comisión Europea presentó una actualización de la Estrategia Europea de Bioeconomía con un plan de acción para el desarrollo de una bioeconomía sostenible y circular al servicio de la sociedad, el medio ambiente y la economía de Europa. Pretende acelerar el despliegue de una bioeconomía europea sostenible para maximizar su contribución a la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como al Acuerdo de París sobre el cambio climático. También responde a las nuevas prioridades políticas europeas, en particular la Estrategia de Política Industrial renovada, el Plan de Acción de la Economía Circular y la Comunicación para Acelerar la Innovación de Energía Limpia, todos los cuales resaltan la importancia de una bioeconomía circular y sostenible para lograr sus objetivos. Por este motivo, aunque los 5 objetivos de la estrategia de 2012 siguen siendo válidos, el alcance debe adaptarse a estas nuevas prioridades europeas, para lo cual se contempla un plan de acción con 14 medidas concretas y sus correspondientes indicadores, que giran en torno a estas tres áreas: incrementar y reforzar los sectores con base biológica; implantar rápidamente la bioeconomía en toda Europa; proteger el ecosistema y entender las limitaciones ecológicas de la bioeconomía.
De acuerdo con la estrategia europea la bioeconomía es un sistema económico que utiliza los recursos biológicos de la tierra y el mar y los residuos como insumos para la producción de alimentos y piensos, así como para la producción industrial y energética y el uso de procesos biológicos en una industria sostenible.
Además la bioeconomía se incluye dentro de la política de apoyo al I+D+i a nivel europeo, como es el programa Horizonte 2020 para el periodo 2014-2021, dentro del reto social 2 y la iniciativa conjunta Biobased Industries (BBI-JU), que tienen continuidad en el periodo 2021-2027 con el programa Horizonte Europa dentro del clúster 6 y la Circular Biobased Europa Joint Undertaking (CBE). Además, la bioeconomía forma parte de la PAC 2023-2027 dentro del objetivo específico 8 (“promoción del empleo, el crecimiento, la inclusión social y el desarrollo local en las zonas rurales, incluyendo la bioeconomía y la silvicultura sostenible”).
A nivel nacional el principal instrumento de desarrollo de la bioeconomía es la Estrategia española de Bioeconomía: Horizonte 2030, publicada el año 2015. En ella se define la bioeconomía como: “el conjunto de las actividades económicas que obtienen productos y servicios, generando valor económico, utilizando, como elementos fundamentales los recursos de origen biológico, de manera eficiente y sostenible. Su objetivo es la producción y comercialización de alimentos, así como productos forestales, bioproductos y bioenergía, obtenidos mediante transformaciones físicas, químicas, bioquímicas o biológicas de la materia orgánica no destinada al consumo humano o animal y que impliquen procesos respetuosos con el medio, así como el desarrollo de los entornos rurales.”
Esta estrategia fue desarrollada por el entonces Ministerio de Economía y Competitividad, con la colaboración del entonces Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y coordinada por el director del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).
La estrategia integra como sectores objeto de atención al sector agroalimentario (integrado por la agricultura, la ganadería, la pesca y acuicultura, y la elaboración y comercialización de alimentos), además de otros como el sector forestal, el de los bioproductos industriales, el de la bioenergía obtenida de la biomasa, y el relacionado con los servicios asociados a los entornos rurales.
Según los datos de la Joint Research Center el sector de la bioeconomía generaba en España en 2020 un volumen de negocio de 229.873 millones de euros (10% del total de la UE-27), 68.510 millones de euros de valor añadido (10% del total de la UE-27) y 1,41 millones de empleos (8% del total de la UE-27).
A nivel autonómico hay 4 CCAA que tienen alguna estrategia o plan específico relativo a bioeconomía. Concretamente son: Andalucía (“Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular”, publicada en 2018), Castilla y León (“Plan de Impulso a la bioeconomía agroalimentaria para un entorno rural competitivo y sostenible en Castilla y León” y “Estrategia de Economía circular” publicada en 2021), Cataluña (“Estrategia de la Bioeconomía de Cataluña 2030” publicada en 2021), País Vasco (“Plan de Economía Circular y Bioeconomía 2024”, publicada en 2021). Además, otras CCAA están trabajando en la elaboración de sus propias estrategias, además de otras que trabajan en la materia aunque sin una estrategia específica.