Los principales retos a los que se enfrenta el regadío español en el futuro más próximo, son entre otros:
- Producir más con menos recursos y con menor impacto ambiental;
- El cambio climático, causante de variaciones de temperatura y distribución de lluvias irregulares e impredecibles que suponen pérdidas cuantiosas para la agricultura;
- El déficit hídrico en algunas regiones de España donde la agricultura es el principal motor de la actividad económica (precipitaciones inferiores a 200 mm al año);
- El uso adecuado de los recursos hídricos y la reducción de la contaminación por lixiviados de los nutrientes aportados a los cultivos;
- La mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los agricultores, para contribuir a revertir el fenómeno de la despoblación del medio rural y fomentar el relevo generacional.
En el contexto actual, marcado en gran medida por el cambio climático, se hace necesario que el desarrollo de la política en materia de regadíos se haga en coherencia con los retos anteriormente indicados, y de acuerdo con los compromisos internacionales asumidos por España en el marco de la Agenda 2030 de objetivos de desarrollo sostenible.