La senda llanea por la zona más elevada de la sierra de Andía (del euskera “monte grande”), dentro del Parque Natural de Urbasa- Andía, atravesando zonas de pastizal de montaña donde concurren numerosas cabezas de ovejas, vacas y caballos. Los pastos comparten espacio con los matorrales y alternan con los afloramientos calizos, con abundantes dolinas que forman un paisaje “lunar”. Además, la altitud de la sierra ofrece buenas vistas al senderista. Dejando atrás la comarca Navarra Media Occidental, se adentra en la comarca Navarra Húmeda del Noroeste, con presencia de robledales atlánticos y el predominio de los prados de siega en sustitución de las tierras de cereal. Fuera ya del Parque Natural, la Senda desciende de ladera por el valle de Ergoiena, por las faldas de la sierra de San Donato. Atraviesa la etapa una mancha de robledal y hayedo que se prolonga hasta el final de la etapa, que desciende hasta el valle de Araquil.
La etapa comienza en el puerto de Lizarraga, cruzando la carretera NA- 120 junto al albergue; se debe tomar una pista de grava en dirección este, por un pequeño repecho que finaliza en el puerto de Usaide, próximo a la “balsa de Txiki”. La pista continúa llaneando por el puerto, paralelamente a los cortados que flanquean por el Norte la sierra de Andía, hasta llegar a otra balsa de agua, la “balsa de Sarasa”.
Paradójicamente, a pesar de la alta pluviosidad, el agua resulta un bien muy escaso en estas sierras ya que, por su naturaleza kárstica, se infiltra muy rápidamente en el terreno, existiendo contadas masas de agua superficiales; esto resulta un obstáculo importante para la ganadería, que requiere puntos de agua para abrevar. Las escasas balsas de agua existentes se forman en zonas impermeables de sustrato arcilloso y son cuidadosamente mantenidas por los ganaderos. Resultan también muy importantes para diversidad faunística, particularmente para especies de anfibios que llevan a cabo la mayor parte de su ciclo vital en ellas.
Medio kilómetro después de la balsa de Sarasa hay que tomar un desvío a la derecha, dejando la pista de grava. Un camino de rodadas asciende ligeramente por una zona de pastizal y matorral, hasta llegar a la altura de un pequeño macizo rocoso que queda a la izquierda: el pico Peñablanca.
En este último tramo predominan los brezales, formaciones de matorral de gran interés ecológico, declarados muchos de ellos como Hábitats de Interés Comunitario de la Red Natura 2000. Son comunidades resistentes al fuego y suelen convivir con los pastizales de montaña, en mayor o menor medida en función de la intensidad de pastoreo a la que se vean sometidos. En particular, los brezales que se pueden ver a lo largo de la sierra de Andía son mayoritariamente brezales secos. Predomina el brezo (Erica vagans), uno de los más comunes en zonas de sustrato calizo, ya que el conjunto de los brezos son típicamente propios de zonas ácidas. Constituyen asimismo, medios de alto interés para distintas especies de insectos, reptiles, anfibios y aves. En esta zona también pueden observarse abundantes dolinas, muy comunes en todo el macizo kárstico de Urbasa y Andía.
El camino comienza un ligero descenso, bordeando el pico Peñablanca y dejando a la derecha picos como Tregua y Altos Goñi. A medida que se bordea el pico Peñablanca, se abre la vista hacia el valle de Ergoiena y los paredones calizos de la sierra de San Donato. Se pasa junto a la balsa de Zuloa y seguidamente a la de Fuentefría, llegando hasta Leziza, cabecera del río del mismo nombre que discurre paralelo a la sierra de San Donato y forma el valle de Ergoiena.
La sierra de San Donato es un espigón calizo que arranca desde la sierra de Andía hacia el corredor del Araquil. Su cota más alta es el pico Beriain o San Donato (1.493 m), donde se conserva la ermita de los Santos Donato y Cayetano, que data, al menos, del año 1797 y actualmente es refugio de montañeros. También destaca la “quilla” de la sierra, que finaliza en el pico Ihurbain.
Desde Leziza la Senda se adentra en una masa forestal perteneciente al municipio de Ergoiena; por ella se desciende de ladera unos siete kilómetros por las faldas de la sierra de San Donato, hasta el núcleo de Unanu. Esta masa forestal está formada por una primera banda de hayedo que ocupa la parte alta de la falda, al pie de las paredes rocosas, y una zona de robledal en la parte inferior de la misma. Unanu es una pequeña localidad situada al pie del monte Ihurbain, en el extremo de la sierra de San Donato, y rodeada de prados de siega. En ella se puede visitar la iglesia de San Pedro Apóstol.
Desde Unanu se sale hacia el Norte por una pista que atraviesa entre prados de siega y enlaza con el “camino de Unanu”. Se debe continuar bordeando las faldas del pico Ihurbain durante unos tres kilómetros de ligero ascenso, en los cuales se atraviesa una pequeña mancha boscosa de hayas (Fagus sylvatica) y robles (Quercus sp.); después se pasa por una zona desarbolada junto a una antigua gravera. Tras atravesar el claro, la pista se adentra en una zona boscosa hasta una bifurcación, debiéndose tomar un desvío a la derecha en las proximidades de ese punto, por un sendero forestal que penetra en una masa de robledal. En este punto la ruta abandona el municipio de Ergoiena y entra en el de Uharte-Arakil.
Este sendero, tras una corta ascensión, desciende a lo largo de unos dos kilómetros por el robledal que cubre la falda Norte de la sierra de San Donato. Posteriormente sale a una zona de prados de siega y al final conecta con una pista de grava que conduce al caminante hasta las primeras casas de Uharte-Arakil. Unos centenares de metros más allá se llega a un paso inferior, mediante el que se salva la autovía que conecta Vitoria-Gasteiz y Pamplona (la A-10), que conduce al centro histórico de Uharte-Arakil, final de etapa.
Uharte-Arakil es una población de 800 habitantes en la que se podrá encontrar alojamiento y otros servicios para el senderista. Se localiza estratégicamente en un meandro del río Araquil, entre las sierras de Andía y de Aralar. Uharte proviene del euskera ur arte, entre aguas, haciendo alusión a su localización. Araquil se refiere a su ubicación en el valle del mismo nombre. En Uharte-Arakil se puede visitar la iglesia de San Juan Evangelista, y recorrer sus calles, con edificaciones típicas muy bien conservadas.
Etapa adecuada para realizar en bicicleta ya que su práctica totalidad discurre por pistas aptas. La única dificultad se puede encontrar en el descenso por el robledal, en el último tramo de la etapa, si bien no resulta limitante.
El pueblo de Uharte-Arakil es conocido por acoger anualmente la celebración del Día del Pastor de Navarra, el último domingo de agosto desde 1969.
La fiesta se orienta principalmente a la oveja lacha (latxa)—raza autóctona adaptada a las condiciones climáticas y al relieve del lugar—. Se trata de una raza no mezclada, debido a la prohibición de la importación de ovejas de otras razas durante siglos. En términos generales es de tamaño medio y posee un vellón muy largo, graso y áspero —de ahí su nombre—. Son especialmente apreciadas por la calidad de su leche, de la que se produce el famoso queso Idiazabal.
La fiesta consta de diversas actividades: concursos de conducción de ovejas por parte de perros pastores, esquilado de ganado o degustación y venta de productos derivados de las ovejas. El día es animado con música, bertsolarismo (discursos rimados y entonados de manera improvisada, con un motivo establecido) y aurreskus, el baile ceremonial destinado a mostrar reconocimiento sobre una o varias personas.
Durante la celebración es habitual la presencia de personajes variopintos como los joaldunak, disfrazados portando crines de caballo y haciendo sonar cencerros (este personaje también aparece en carnavales, con el objetivo de ahuyentar malos espíritus y posibles plagas antes de la primavera). Otros personajes son los txalapartaris, cuyo nombre deriva de la txalaparta, instrumento de comunicación secular que hacen sonar durante la celebración.