La Fiebre Q (o coxielosis) es una zoonosis presente en la mayoría de los países. La produce Coxiella burnetii es una bacteria gramnegativa intracelular estricta, que presenta distintas morfologías a lo largo de su ciclo de desarrollo:
- una grande (intracelular y metabólicamente activa, LCVs)
- y otra pequeña (de espora, muy infecciosa, que pueden sobrevivir extracelularmente e incluso acumularse en el medio, SCVs). En el medio ambiente, las bacterias adquieren una forma semejante a una espora pequeña, densa y muy resistente, que soporta el calor y la desecación, siendo diseminada hasta a 19 km de distancia desde el foco de infección.
En general, el ser humano contrae la infección transmitida por el aire a partir de reservorios animales, en mayor medida rumiantes domésticos, aunque también pueden estar involucrados otros animales domésticos o salvajes (mascotas, conejos, aves, etc.) que pueden ser portadores asintomáticos y transmitir la infección, principalmente por inhalación mediante la exposición cercana a animales infectados, a sus tejidos reproductivos o a otros productos de origen animal, como la lana.
No está considerada oficialmente como zoonosis de transmisión alimentaria, a pesar de que los humanos pueden infectarse por ingestión de leche contaminada. Es una zoonosis ocupacional que afecta principalmente a determinados grupos que trabajan en contacto directo con animales (ganaderos, veterinarios, empleados de mataderos, personal de laboratorio…).
Los rumiantes domésticos son principalmente portadores subclínicos. La infección puede permanecer en las explotaciones ganaderas durante varios años y los animales infectados pueden excretar la bacteria en sucesivas parideras y se sospecha incluso que durante toda la vida. La bacteria se disemina, en primer lugar, tras los partos y abortos de los animales infectados, donde hay concentraciones muy elevadas en la placenta y en el líquido amniótico y, en segundo lugar, a través de la leche, orina y heces.
En el caso de aparecer la enfermedad, el cuadro clínico de la enfermedad es distinto según las especies aunque entre los rumiantes, las lesiones de mayor impacto son las relacionadas con el aparato reproductor: principalmente abortos esporádicos o brotes de abortos y nacidos muertos o débiles, seguidos de una recuperación sin complicaciones.
- Se ha relacionado con problemas de infertilidad en el ganado vacuno.
- En el ganado ovino los abortos son más frecuentes que en el caprino.
- En la cabra afecta principalmente al último tercio de la gestación, por lo que es más frecuente el nacimiento prematuro y el nacimiento a término de crías débiles, lo que se traduce en un aumento de la mortalidad neonatal y perinatal.
Para el control de la infección por C. burnetii, tanto en humanos como en animales, se pueden vacunar los rumiantes empleando vacunas contra C. burnetii inactivadas. El objetivo de esta vacunación es reducir la excreción de la bacteria y el riesgo de aborto.